Cuando Basilio, durante el entierro de su madre, conoce a Fátima no podía imaginar el impacto que aquella mujer causaría en su vida.
La tragedia que vivía ella, a la que el marido le había secuestrado a su hijo tras el entierro de otro hijo anteriormente fallecido de forma trágica le empujan a pedirle, como abogado, que la divorciara y tratara de devolverle a su hijo.
En fin, un caso más que Basilio aceptó y en el que acabó enamorándose de su clienta.
Una información confidencial de la policía prevendrá a Basilio sobre las actividades de Borja, el marido de Fátima, aunque su investigación no permitirá descubrir que es uno de los principales cabecillas del tráfico de blancas y mano de obra subsahariana en España.
Por otra parte, Fátima descubre que en una especie de refugio nuclear que Borja empezó a construir en su casa, hay un arsenal de armas de fuego que su marido almacenaba al alcance de los niños.
En otro punto de la península dos audaces y desenfadadas muchachas, integrantes de una ONG, siguen la pista del tráfico de subsaharianos. Están a punto de descubrirlos, cuando una infortunada operación policial destruye todos sus avances, obligándolas a empezar de nuevo una trepidante acción de búsqueda para retomar el hilo que las conduzca a descubrir la trama de inmigración ilegal, algo que despierta la ira de los capos.
El acoso de la ONG y los fallos en su organización motivan desconfianzas entre Borja y sus compadres y la adopción de medidas preventivas.
Estas tres tramas que se inician individualmente van confluyendo en un frenético vórtice de acción que las entreteje hasta el inesperado desenlace de «Un asunto más».