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Todavía se me altera el pulso al recordar aquellos cálidos días de verano. Me sentía una aspirina en plena efervescencia erótica, aunque buscar a una profesional no entraba en mis planes por muy de moda que estuviera ‘Pretty Woman’.
Bueno, teníamos 15 años y en esa época, a falta de un coche para hacer carreras en el canal, como en ‘Grease’, nos bastaba con ir en bicicleta a todas partes, comer pipas en cualquier esquina y analizar entre risas las series y películas que más nos gustaban. Nunca sabré si maduramos con los años o sólo crecimos a lo largo de los 90, pero la felicidad se parecía mucho a lo que vivimos entonces. Aquellos partidos tan interminables como el campo de fútbol de Oliver y Benji, las chicas, la cerveza, la primera vez…
En ocasiones aún miro por la ventana confiando en que el viejo Doc aparezca conduciendo el DeLorean que nos lleve a aquellos años… Ese tiempo en que fui feliz de otra manera… De hecho, si cierro los ojos casi puedo visualizar ese mágico momento en que conocí a Sara…